Hoy estuvimos en el Glide
Sunday Service en San Francisco, el servicio religioso más colorido,
dispar y entusiasta que hemos
visto nunca. La música buenísima, mezcla de gospel, soul... todos dando palmas,
bailando, „shouting-it-out“! Sí, nosotros también!! (Bueno, casi todos
nosotros...) El coro y el público una mezcla indescriptible de „sister act“,
miembros de la Kelly Family, ancianos y jóvenes, unos elegantísimos, otros
pintorescos, travestis, serios entrajetados, aquí caben todos! La iglesia se
define como radicalmente inclusiva, la casa de todos, y la verdad es que es
exactamente eso, un lugar donde obviamente todos
son bienvenidos. La obra social que hacen en el barrio tan difícil donde están
es también impresionante. Entre
canción y canción contaban su historia algunos feligreses, antiguos homeless, o
profesores, o estudiantes, ex-prisioneros... Hasta ha habido un bautizo de un
señor que por fin se ha aceptado a sí mismo y ha acudido con su madre
octogenaria y sus amigos a dar las gracias. Peculiar todo ello, pero también
emocionante. Y qué música.... nunca habíamos bailado con los brazos en alto una
versión increíble del „Noche de paz“...
Heute nahmen wir am Glide Sunday Service in
San Francisco teil, dem buntesten und enthusiastischsten Gottesdienst, den wir
je gesehen haben. Die Musik sehr
gut, eine Mischung von Gospel, Soul... alle klatschen, tanzen, singen mit,
shouting-it-out! Ja, wir auch! (gut, fast alle von uns...) Der Chor und das Publikum
sind eine unbeschreibliche Mischung aus „sister act“, Kelly Family, alt und
jung, einige sehr elegant, andere sehr schräg, einige Transvestiten, andere in
makellosem dreiteiligen Anzug: hier passen alle! Es war wunderbar. Dir Kirche
beschreibt sich selbst als
„radikal inklusiv“, und es ist genauso, das Haus wo jeder willkommen ist. Ihr soziales Engagement in diesem
komplizierten Viertel ist auch bewundernswert. Zwischen den Lieder haben manche
Teilnehmer ihre Geschichte erzählt: Studenten, Obdachlose, normale Angestellte,
Lehrer, ex-Gefangene... Ein Mann kam in Begleitung seiner 80-jährigen Mutter
und seinen Freunden, um sich taufen zu lassen, weil er sich endlich mal selbst
akzeptiert hatte und er sich bedanken wollte. Alles sehr eigenartig aber auch
rührend. Und die Musik...! Noch nie haben wir bei einer Version von „Stille
Nacht“ so getanzt!
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